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miércoles, 21 de febrero de 2024

Homenaje a Juan Alberto "Nacho" Acebal-dirigente paranaense.


 

Merecido homenaje a un impulsor del softbol en Paraná-Entre Rios, que supimos conocer, como otros dirigentes que aparecen Dr.Fernando Aren, Eduardo Culó, Victor Centurión, Ricardo Caseros Saenz, y otros que deben recordar a sus colegas uruguayos con los cuales tuvieron un vínculo deportivo por muchos años. Una anécdota que vivimos con él, hace varios años, vino a Uruguay con la señora en un fitito, e ibamos a agasajarlo con un asado en la casa de un colega en el balneario Solymar-Canelones, y este encuentro era de noche. Me piden a mi que lo pase a buscar por el hotel y que lo lleve al punto de reunión, tenía unas indicaciones básica y era de noche, yo me dije: me puse en un compromiso y si no llegamos al lugar establecido? Imagínense no existia GPS, ningún aparato que nos ayudara, sin embargo por la pericia de Nacho, llegamos sin problema, y suspire. Tuvimos un encuentro, un asado de amigos que nunca olvidare. De ahi en más se generó una amistad, siendo yo juvenil y el ya participaba en primera división de Softbol Play. Vino varias veces a Uruguay, una de ellas acompañando a los juveniles de Don Bosco.

Alvaro Castro - Jugador del Panteras Béisbol Club

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Homenaje escrito por Gustavo Piérola

Buenas tardes, como “Echagüito”, grupo de ex jugadores y amigos de Nacho, queremos agradecer a la Asociación Paranaense de Softbol y en especial a su Presidente Sr. Fabián Medina la posibilidad de rendirle este merecido homenaje a nuestro querido Juan Alberto “Nacho” Acebal.

“Nacho”

“Nacho” tuvo una infancia tranquila y feliz disfrutando la barriada de amigos de la calle Santiago del Estero. A esa gurisada, se la veía armar arcos improvisados en la vereda, en épocas de bolitas, figuritas y hoyo pelota. Él era un chico inquieto y parlanchín que se crio en las cercanías del club Ciclista. Por esa cercanía se arrimó al club con sus amigos y comenzó su actividad deportiva jugando al basquetbol.

Como todos sabemos, su altura no lo ayudaría para seguir los destinos de Manu Ginobili, así que el baloncesto le sirvió especialmente para ganar más amigos y enamorarse del deporte en general. Con 13 años ingresó a la Escuela Nacional de Comercio N° 1, a pocas cuadras de su casa cuando esta funcionaba en la calle Garay. Su actitud participativa y comprometida lo llevó a formar parte del Centro de Estudiantes preocupado por los intereses y las demandas estudiantiles.

Una tarde, observando desde una de las ventanas de la escuela, le llamó la atención que en el predio de enfrente el Profesor Héctor Malmierca enseñaba un deporte raro, chicos con una cosa de cuero en una mano y otro en soledad le pegaba con un palo a una pelota y corría.

Se cruzó y se sentó debajo de esas grandes Tipas y observó detenidamente el juego, – me gusta – dijo, y a partir de ese momento no dejó el softbol por el resto de su vida. Esa tarde, en forma inmediata, se incorporó al grupo conformado por alumnos de diferentes años que se preparaban para un cercano Torneo Intercolegial. A la semana siguiente ya vestía el uniforme softbolero, fabricado por un sastre amigo del profesor con una telas rígidas y muy duras conseguidas en la Fábrica Alpargatas de Bajada Grande.

Pasaron esos años de rica adolescencia compitiendo en esos famosos torneos intercolegiales – tan necesarios hoy - colmados de público compartiendo canchas con la Escuela Industrial, el Colegio Nacional y la Escuela Normal especialmente en el Parque Berduc y en otras canchas prestadas como las de los clubes Estudiantes y Belgrano.

Al terminar la escuela secundaria, el softbol ya era su deporte y el de muchos de sus compañeros y la pregunta que se hacían era: ¿Y ahora cómo seguimos?

Viendo un partido en la cancha de Estudiantes, lo escuchó al Ing. Cargnel que daba respuesta a esa pregunta diciendo que los chicos de las escuelas debían acercarse a los clubes que ya tenían softbol y también sugería la posibilidad de crear otros.

Luego de esta sugerencia, “Nacho” de acercó al Decano, al querido Softbol Play y ahí continuó su carrera deportiva administrada por la recién fundada Asociación Paranaense de Softbol bajo la sabiduría de un gran creador como lo fue el Profesor Enrique Godoy. Corría el año 1964.

En los años que siguieron fue jugador de la selección de Paraná en los argentinos de 1967 en Bahía Blanca y al año siguiente en el primer campeonato argentino disputado en nuestra ciudad. Y así, por varios años subsiguientes vistió los colores paranaenses.

Su pasión y amor por el deporte no quedó ahí, llevándolo a dirigir las inferiores en su club y luego en las selecciones paranaenses y preocupándose fundamentalmente por la actividad formativa.

Con respecto a lo formativo, “Nacho” expresaba sus convicciones en una entrevista que le hizo la Revista Bateo: “Cebe necesariamente aumentar la base, o sea la cantidad de softbolistas para que sea más fructífero el trabajo promocional o de aprendizaje. Logrando esto y con una actividad permanente, de todos los fines de semana donde el chico tenga ya el compromiso y previsión de estar ocupado, se levantará sin lugar a dudas el nivel softbolístico. Pongámonos a trabajar con responsabilidad promocionando el juego en las escuelas, colegios, barrios, comisiones vecinales, centros deportivos y fundamentalmente que tomen fuerza nuevamente los torneos intercolegiales. Y como repetía constantemente el Ing. Cargnel, debemos salir de las canchas de futbol y tener nuestras propias canchas”

El arbitraje también fue parte de su responsabilidad y compromiso. Pero fue más allá, en la década de 1970 se incorporó a la dirigencia de la A.P.S. acompañando a quien conducida en esos momentos y que lleva el nombre de este Estadio.

En esos años formó su familia, y su único hijo, Germán, fue también un destacado softbolista de nuestro medio. Combinó su intensa actividad deportiva con el estudio, recibiéndose de Abogado, profesión que también puso a disposición del softbol.

En 1980 asumió su primera presidencia de la A.P.S. y al poco tiempo, sus proyectos y sus sueños softboleros lo llevaron a la Secretaría de la Confederación Argentina de Softbol en la Presidencia de otro notable visionario, constructor y dirigente como lo fue el Dr. Fernando Aren y en la Vicepresidencia de otro gran dirigente local como lo es el Ing. Eduardo Culó. También fue artífice del crecimiento del softbol en la provincia creando y dirigiendo la Federación Entrerriana de Softbol con su firme intensión de fomentar el deporte en todos los rincones entrerrianos.

No nos olvidemos además, de su destacado aporte a nuestro deporte cuando fue Director de Deportes de la Municipalidad de Paraná. Luego de esa función municipal, pasó a desempeñarse como asesor en el Ministerio de Acción Social de la Provincia colaborando desde allí con el deporte en general y en especial con la creación de la Dirección de Educación Física del Consejo General de Educación tan necesaria para el desarrollo del deporte intercolegial.

Junto con un avanzado grupo de dirigentes provinciales, “Nacho” fue parte importante en la implementación de la vigencia de la tan necesaria y hoy olvidada Ley Provincial del Deporte N° 8347/89 que creaba el Consejo Provincial del Deporte junto a otro gran dirigente de nuestro deporte, que presidió ese ente: Ricardo Caseros Saenz.

Colaboró en lo que estuvo a su alcance para lograr la primera Gira Internacional “Paraná al Caribe 1978” competencia que fue la catapulta internacional de nuestro softbol.

Años después, en 1989, Argentina logró ser sede por primera vez en Paraná de un evento internacional de gran jerarquía, el III Campeonato Panamericano de Softbol, logro merecido por el esfuerzo y la gestión de varios años de nuestra dirigencia: de la C.A.S. presidida por el Dr. Fernando Aren y de la A.P.S. conducida por el Cdor. Víctor María Centurión, evento en el cual “Nacho” colaboró con su aporte y experiencia.

En ese mes de noviembre de 1989, con un flamante Estadio, que llevó el esfuerzo de cientos de colaboradores, empresas, comercios y el gobierno en sus tres niveles, el cual lleva el merecido nombre del Ing. Nafaldo Cargnel, y antes del ingreso de las delegaciones al acto inaugural, comenzó a escucharse una voz aguda, jocosa y vehemente por los parlantes. Fueron las primeras palabras que surgieron de lo que se denominaría para siempre “La Voz del Estadio”.

“Bienvenidos peloteros de América, Paraná los recibe con los brazos abiertos”, desde allá arriba, apenas asomaba por la ventana la figura del flamante locutor, era la voz de Juan Alberto “Nacho” Acebal.

“Vamos, vamos, la familia Miranda que está allá atrás afuera del Estadio, acérquense y disfruten de este hermoso deporte desde adentro” se lo escuchaba a Nacho invitando a quienes miraban desde el exterior los juegos sin pagar la entrada – “saquen los cocodrilos de los bolsillos” - decía. Así era él, directo, alegre y profundo en sus comentarios y relatos.

Pasaron los años, muchos por cierto, y además de “la Voz del Estadio” y la dirigencia deportiva, continuó jugando el softbol lento en el Atlético Echagüe Club, formando “Echagüito” ese gran grupo de amigos que hasta hoy perdura y llevó adelante esta propuesta. Posteriormente, su compromiso visionario lo llevó a formar el Club Atlético Talleres regalándole a la ciudad una nueva institución deportiva y por sobre todas las cosas, con cancha propia siguiendo las premisas del Ingeniero.

Pero su gran pasión, sin lugar a dudas, fue el micrófono y “La Voz del Estadio” y así acompañó hasta sus últimos días innumerables torneos locales, nacionales e internacionales narrando con un alto grado de motivación todas estas competencias.

Tal vez en un futuro cercano, un jugador infantil pasará por este Estadio acompañado de su padre o su abuelo y le preguntará:

- Abu, ¿quién es ese tipo de la placa?

Seguramente el abuelo le contestará:

- Querido, que lástima que no lo conociste, ese señor era el que cuando aquí jugaba la selección de Paraná o la selección Argentina desde ese lugar, micrófono en mano nos arengaba para que los alentáramos empujándolos a la victoria. Pero para otros, para nosotros, ese señor con quien compartimos su alegría de vivir en la cancha, en la tribuna, en viajes, y festejos y por sobre todo con quien compartimos la epopeya que llevó nuestro deporte desde el desconocimiento a la gloria. No necesitaremos una placa para recordarlo porque él estará siempre en nuestros pensamientos y ocupando un lugar en el corazón hasta el final de nuestros días.

Por todo lo que has hecho, por tu amor, compromiso y sacrificio, el softbol paranaense, entrerriano y argentino te rinde este homenaje: “Lo lograste, Argentina llegó a ser Campeona del Mundo y vos desde tu humilde lugar, pusiste mucho para llegar a esa meta y por eso, agradeciéndote con el mayor de los cariños y el recuerdo te decimos: QUERIDO “NACHO”, “LA VOZ DEL ESTADIO”, POR SIEMPRE, SEGUIRÁ SIENDO TUYA”

 

 

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