Merecido homenaje a un impulsor del softbol en Paraná-Entre
Rios, que supimos conocer, como otros dirigentes que aparecen Dr.Fernando Aren,
Eduardo Culó, Victor Centurión, Ricardo Caseros Saenz, y otros que deben
recordar a sus colegas uruguayos con los cuales tuvieron un vínculo deportivo
por muchos años. Una anécdota que vivimos con él, hace varios años, vino a
Uruguay con la señora en un fitito, e ibamos a agasajarlo con un asado en la
casa de un colega en el balneario Solymar-Canelones,
y este encuentro era de noche. Me piden a mi que lo pase a buscar por el hotel
y que lo lleve al punto de reunión, tenía unas indicaciones básica y era de
noche, yo me dije: me puse en un compromiso y si no llegamos al lugar
establecido? Imagínense no existia GPS, ningún aparato que nos ayudara, sin
embargo por la pericia de Nacho, llegamos sin problema, y suspire. Tuvimos un
encuentro, un asado de amigos que nunca olvidare. De ahi en más se generó una amistad, siendo yo juvenil y el ya
participaba en primera división de Softbol Play. Vino varias veces a Uruguay,
una de ellas acompañando a los juveniles de Don Bosco.
Alvaro Castro - Jugador del Panteras Béisbol Club
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Homenaje escrito por Gustavo Piérola
Buenas tardes, como “Echagüito”,
grupo de ex jugadores y amigos de Nacho, queremos agradecer a la Asociación
Paranaense de Softbol y en especial a su Presidente Sr. Fabián Medina la
posibilidad de rendirle este merecido homenaje a nuestro querido Juan Alberto
“Nacho” Acebal.
“Nacho”
“Nacho” tuvo una infancia tranquila y
feliz disfrutando la barriada de amigos de la calle Santiago del Estero. A esa
gurisada, se la veía armar arcos improvisados en la vereda, en épocas de
bolitas, figuritas y hoyo pelota. Él era un chico inquieto y parlanchín que se
crio en las cercanías del club Ciclista. Por esa cercanía se arrimó al club con
sus amigos y comenzó su actividad deportiva jugando al basquetbol.
Como todos sabemos, su altura no lo
ayudaría para seguir los destinos de Manu Ginobili, así que el baloncesto le
sirvió especialmente para ganar más amigos y enamorarse del deporte en general.
Con 13 años ingresó a la Escuela Nacional de Comercio N° 1, a pocas cuadras de
su casa cuando esta funcionaba en la calle Garay. Su actitud participativa y
comprometida lo llevó a formar parte del Centro de Estudiantes preocupado por
los intereses y las demandas estudiantiles.
Una tarde, observando desde una de
las ventanas de la escuela, le llamó la atención que en el predio de enfrente
el Profesor Héctor Malmierca enseñaba un deporte raro, chicos con una cosa de
cuero en una mano y otro en soledad le pegaba con un palo a una pelota y
corría.
Se cruzó y se sentó debajo de esas
grandes Tipas y observó detenidamente el juego, – me gusta – dijo, y a partir
de ese momento no dejó el softbol por el resto de su vida. Esa tarde, en forma
inmediata, se incorporó al grupo conformado por alumnos de diferentes años que
se preparaban para un cercano Torneo Intercolegial. A la semana siguiente ya
vestía el uniforme softbolero, fabricado por un sastre amigo del profesor con
una telas rígidas y muy duras conseguidas en la Fábrica Alpargatas de Bajada
Grande.
Pasaron esos años de rica
adolescencia compitiendo en esos famosos torneos intercolegiales – tan necesarios
hoy - colmados de público compartiendo canchas con la Escuela Industrial, el
Colegio Nacional y la Escuela Normal especialmente en el Parque Berduc y en
otras canchas prestadas como las de los clubes Estudiantes y Belgrano.
Al terminar la escuela secundaria, el
softbol ya era su deporte y el de muchos de sus compañeros y la pregunta que se
hacían era: ¿Y ahora cómo seguimos?
Viendo un partido en la cancha de
Estudiantes, lo escuchó al Ing. Cargnel que daba respuesta a esa pregunta
diciendo que los chicos de las escuelas debían acercarse a los clubes que ya
tenían softbol y también sugería la posibilidad de crear otros.
Luego de esta sugerencia, “Nacho” de
acercó al Decano, al querido Softbol Play y ahí continuó su carrera deportiva
administrada por la recién fundada Asociación Paranaense de Softbol bajo la
sabiduría de un gran creador como lo fue el Profesor Enrique Godoy. Corría el
año 1964.
En los años que siguieron fue jugador
de la selección de Paraná en los argentinos de 1967 en Bahía Blanca y al año
siguiente en el primer campeonato argentino disputado en nuestra ciudad. Y así,
por varios años subsiguientes vistió los colores paranaenses.
Su pasión y amor por el deporte no
quedó ahí, llevándolo a dirigir las inferiores en su club y luego en las selecciones
paranaenses y preocupándose fundamentalmente por la actividad formativa.
Con respecto a lo formativo, “Nacho”
expresaba sus convicciones en una entrevista que le hizo la Revista Bateo:
“Cebe necesariamente aumentar la base, o sea la cantidad de softbolistas para
que sea más fructífero el trabajo promocional o de aprendizaje. Logrando esto y
con una actividad permanente, de todos los fines de semana donde el chico tenga
ya el compromiso y previsión de estar ocupado, se levantará sin lugar a dudas el
nivel softbolístico. Pongámonos a trabajar con responsabilidad promocionando el
juego en las escuelas, colegios, barrios, comisiones vecinales, centros
deportivos y fundamentalmente que tomen fuerza nuevamente los torneos
intercolegiales. Y como repetía constantemente el Ing. Cargnel, debemos salir
de las canchas de futbol y tener nuestras propias canchas”
El arbitraje también fue parte de su
responsabilidad y compromiso. Pero fue más allá, en la década de 1970 se
incorporó a la dirigencia de la A.P.S. acompañando a quien conducida en esos
momentos y que lleva el nombre de este Estadio.
En esos años formó su familia, y su
único hijo, Germán, fue también un destacado softbolista de nuestro medio.
Combinó su intensa actividad deportiva con el estudio, recibiéndose de Abogado,
profesión que también puso a disposición del softbol.
En 1980 asumió su primera presidencia
de la A.P.S. y al poco tiempo, sus proyectos y sus sueños softboleros lo
llevaron a la Secretaría de la Confederación Argentina de Softbol en la Presidencia
de otro notable visionario, constructor y dirigente como lo fue el Dr. Fernando
Aren y en la Vicepresidencia de otro gran dirigente local como lo es el Ing.
Eduardo Culó. También fue artífice del crecimiento del softbol en la provincia
creando y dirigiendo la Federación Entrerriana de Softbol con su firme
intensión de fomentar el deporte en todos los rincones entrerrianos.
No nos olvidemos además, de su
destacado aporte a nuestro deporte cuando fue Director de Deportes de la
Municipalidad de Paraná. Luego de esa función municipal, pasó a desempeñarse
como asesor en el Ministerio de Acción Social de la Provincia colaborando desde
allí con el deporte en general y en especial con la creación de la Dirección de
Educación Física del Consejo General de Educación tan necesaria para el
desarrollo del deporte intercolegial.
Junto con un avanzado grupo de
dirigentes provinciales, “Nacho” fue parte importante en la implementación de
la vigencia de la tan necesaria y hoy olvidada Ley Provincial del Deporte N°
8347/89 que creaba el Consejo Provincial del Deporte junto a otro gran
dirigente de nuestro deporte, que presidió ese ente: Ricardo Caseros Saenz.
Colaboró en lo que estuvo a su
alcance para lograr la primera Gira Internacional “Paraná al Caribe 1978” competencia
que fue la catapulta internacional de nuestro softbol.
Años después, en 1989, Argentina
logró ser sede por primera vez en Paraná de un evento internacional de gran
jerarquía, el III Campeonato Panamericano de Softbol, logro merecido por el
esfuerzo y la gestión de varios años de nuestra dirigencia: de la C.A.S.
presidida por el Dr. Fernando Aren y de la A.P.S. conducida por el Cdor. Víctor
María Centurión, evento en el cual “Nacho” colaboró con su aporte y
experiencia.
En ese mes de noviembre de 1989, con
un flamante Estadio, que llevó el esfuerzo de cientos de colaboradores,
empresas, comercios y el gobierno en sus tres niveles, el cual lleva el
merecido nombre del Ing. Nafaldo Cargnel, y antes del ingreso de las
delegaciones al acto inaugural, comenzó a escucharse una voz aguda, jocosa y
vehemente por los parlantes. Fueron las primeras palabras que surgieron de lo
que se denominaría para siempre “La Voz del Estadio”.
“Bienvenidos peloteros de América,
Paraná los recibe con los brazos abiertos”, desde allá arriba, apenas asomaba
por la ventana la figura del flamante locutor, era la voz de Juan Alberto
“Nacho” Acebal.
“Vamos, vamos, la familia Miranda que
está allá atrás afuera del Estadio, acérquense y disfruten de este hermoso
deporte desde adentro” se lo escuchaba a Nacho invitando a quienes miraban
desde el exterior los juegos sin pagar la entrada – “saquen los cocodrilos de
los bolsillos” - decía. Así era él, directo, alegre y profundo en sus
comentarios y relatos.
Pasaron los años, muchos por cierto,
y además de “la Voz del Estadio” y la dirigencia deportiva, continuó jugando el
softbol lento en el Atlético Echagüe Club, formando “Echagüito” ese gran grupo
de amigos que hasta hoy perdura y llevó adelante esta propuesta.
Posteriormente, su compromiso visionario lo llevó a formar el Club Atlético
Talleres regalándole a la ciudad una nueva institución deportiva y por sobre
todas las cosas, con cancha propia siguiendo las premisas del Ingeniero.
Pero su gran pasión, sin lugar a
dudas, fue el micrófono y “La Voz del Estadio” y así acompañó hasta sus últimos
días innumerables torneos locales, nacionales e internacionales narrando con un
alto grado de motivación todas estas competencias.
Tal vez en un futuro cercano, un
jugador infantil pasará por este Estadio acompañado de su padre o su abuelo y
le preguntará:
- Abu, ¿quién es ese tipo de la
placa?
Seguramente el abuelo le contestará:
- Querido, que lástima que no lo
conociste, ese señor era el que cuando aquí jugaba la selección de Paraná o la
selección Argentina desde ese lugar, micrófono en mano nos arengaba para que
los alentáramos empujándolos a la victoria. Pero para otros, para nosotros, ese
señor con quien compartimos su alegría de vivir en la cancha, en la tribuna, en
viajes, y festejos y por sobre todo con quien compartimos la epopeya que llevó
nuestro deporte desde el desconocimiento a la gloria. No necesitaremos una
placa para recordarlo porque él estará siempre en nuestros pensamientos y
ocupando un lugar en el corazón hasta el final de nuestros días.
Por todo lo que has hecho, por tu
amor, compromiso y sacrificio, el softbol paranaense, entrerriano y argentino
te rinde este homenaje: “Lo lograste, Argentina llegó a ser Campeona del Mundo
y vos desde tu humilde lugar, pusiste mucho para llegar a esa meta y por eso,
agradeciéndote con el mayor de los cariños y el recuerdo te decimos: QUERIDO
“NACHO”, “LA VOZ DEL ESTADIO”, POR SIEMPRE, SEGUIRÁ SIENDO TUYA”