En estos primeros días de marzo del corriente año, partió a otros rumbos nuestro presidente, Don Wenceslao Ramos. Hombre que llegó al club para acompañar una actividad deportiva que no conocía, sin embargo con su capacidad y tenacidad, supo llevar adelante este “barco” lleno de pasajeros de todas las edades, jugadores, menores, juveniles, mayores, femenino y masculino, allegados, y todo aquel que ingresará a la institución con ganas de acompañar esta patriada, sin titubeos con el destino marcado a fuego llevó a la institución a un lugar de privilegio. En esos años 70 donde el país tenía problemas, su Panteras Béisbol Club vivió su mejor década en su desarrollo deportivo y social.
Supo conducir una masa social en movimiento, y esto no es fácil, porque presenta muchas interrogantes a resolver, de qué manera solucionar los problemas dentro y fuera del Club, exigencias de la Federación que regulaba esta disciplina, amenizar con una comisión directiva muy activa donde a veces difería la posición entre los mismos y también con el pensamiento del presidente. Buscar los caminos que beneficien al club, llegando a la mejor alternativa posible para ese momento.
Más adelante cuando la Federación estaba a la deriva, ingresó en la misma cumpliendo con la necesidad de encauzar la “nave” y dirigirla a buen puerto, logrando sortear otro nuevo desafío en esta actividad deportiva. Estuvo al servicio de los más altos intereses de un deporte amateur, sin fines de lucro, cumpliendo una función social, que reconoció su trabajo como un gran dirigente.
Hasta sus últimos días bregó para que se juntaran los viejos colegas de la Institución, y entre todos hacer una cadena de humanidad solidaria, apoyándose mutuamente en temas de salud a quien lo necesitara.
Siempre creyó en el ser humano. Hoy no está con nosotros físicamente, pero sin lugar a dudas nos dejó un legado. Usted ya cumplió, “capitán” nuestro saludo afectuoso a Pilar, su compañera de viaje, a sus hijos y familiares.
Alvaro Castro
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