Sin duda un gran pitcher paranaense, lo supimos enfrentar en el año Junio/1971 cuando el Panteras Béisbol Club viajo a esas tierras entrerrianas a enfrentar en Juveniles y Primera División masculino, también en Femenino invitados por el Club Estudiantes en su 65ª aniversario. En Juveniles como en Primera División en los locatarios lanzaba Jatón, y posteriormente en Montevideo en los Juegos Rioplatenses (22 al 23/04/1972). En nuestra publicación del 60ª Aniversario del Panteras B.C. dejamos constancia de estos enfrentamientos. ------------------------------------
Esa zurda maravillosa
Corría la mitad del mes de septiembre de 1969. Todavía el Parque Urquiza, en los alrededores de esa magnífica escultura en bronce, obra del artista Luis Perlotti, denominada La danza de la Flecha, era una alfombra ocre de hojas de las Tipas, Jacarandaes y Álamos flora que enaltece este hermoso parque, orgullo de los paranaenses.
Una camioneta giró en la rotonda anunciando con sus altoparlantes el festival folklórico que se haría en el club Belgrano homenajeando la próxima inauguración del Túnel Subfluvial en el mes de diciembre.
Era una cálida siesta que ya anunciaba una inminente primavera. Me bajé de la bicicleta para ingresar al Club Atlético Estudiantes donde habría una práctica del seleccionado paranaense de softbol que en el mes siguiente disputaría su primer Campeonato Nacional Juvenil en la ciudad de Mendoza, dirigidos técnicamente por Jorge “Mono” Pressenda y Oscar “Cacho” Claro. Gentilmente, la gente de rugby facilitaba su cancha para que la nueva actividad de los bates se desarrolle tanto en el CAE como en Paraná.
Para allá me dirigía cuando siento un fuerte sonido que provenía de la cancha de pelota a paleta. No era el sonido de las pelotas rebotando en el frontón ni el sonido violento de las paletas de madera en mano de unos pelotaris. Era un sonido esporádico, brusco, que se mezclaba con cierto diálogo.
Las palomas que anidaban en el alambrado de la parte superior de la cancha, con sus nidos cargados de huevos, iban y venían desacostumbradas y un poco asustadas con semejante barullo.
Cuando ya estoy llegando a la cancha lo puedo ver a Eduardo Jatón, el “Jeta”, como todo el mundo lo conoce, guanteando con un improvisado cátcher: César el “Chivo” Montero. Estaban ambos practicando algo nuevo que hasta ese momento nunca había visto, ni se había visto en la ciudad: el lanzamiento de Molino o el Molinete:
- La muñeca tiene que quedar más libre Jeta – le decía el “Chivo” – el giro bien por arriba del hombro y soltá el antebrazo.
- Pará que por ahí duele el roce con la pierna – le decía el jeta riendo.
En uno de esos lanzamientos la pelota tomó mucho efecto y dio un pequeño salto.
- Viste esa “Jeta”, como subió – probá darle más efecto, más giro – se entusiasmó el “Chivo”.
Un par de lanzamientos pegaron en el frontón, pero poco a poco, como entretenimiento y diversión al principio, la zurda se fue perfeccionando logrando curvas laterales, para arriba y para abajo.
Y así, esos dos amigos, compañeros de escuela y de club, estaban dando inicio a una grandiosa historia deportiva. El “Chivo” no fue cátcher, fue filder y seguramente dueño del mejor pase a distancia que tuvo el país. Esa tarde también estaba haciendo historia con su amigo el Jeta descifrando de alguna manera los secretos de ese novedoso lanzamiento que en el futuro tantos logros nos regaló.
El “Jeta” nació en la ciudad de Paraná un 1° de marzo de 1954. Su infancia la vivió en la Calle Méjico junto a su madre Sara Ferno, a su padre Juan Jaton y su hermana Patricia. Por su cercanía curso la escuela primaria en la Centenario. Años después, la familia se mudó al barrio Tomás de Rocamora frente a la que después fue una de las históricas canchas de softbol en los inicios de este deporte y donde actualmente hay un complejo habitacional.
El “Jeta” jugó al básquet en el Club Ciclista, fue lanzador de jabalina, jugador de Voley, pelotaris en el CAE y todo deporte que le anduvo cerca, pero definitivamente y para siempre, su vida se llenó de softbol.
Cursó la escuela secundaria en la ENET N° 1, conocida como “la Industrial”. Y fue en ese ámbito escolar que se dio el inicio de este deporte. Fue casi simultáneo el despertar softbolero en la Industrial, el Colegio Nacional y el Comercial y de esa manera surgieron los famosos torneos intercolegiales.
Uno de los grandes formadores y motivadores de este deporte en Paraná y en especial en la escuela Industrial fue el Profesor Romero sembrando las primeras semillas de una camada de grandes jugadores donde estaba el “Jeta”.
La optimista realidad y el crecimiento explosivo del deporte, lo llevaron al paso de los colegios a los clubes, dando origen a grandes instituciones que abrazaron el deporte de los bates como lo fue el decano: Softbol Play, para inmediatamente surgir otras como Estudiantes, Echague, Belgrano, Don Bosco, Patronato, Talleres. Etc. Crecimiento que se reflejó inmediatamente en la necesidad y formación de la APS ( Asociación Paranaense de Softbol).
En los inicios de 1967, esa especial tanda de jugadores que surgieron en el Industrial formaron el CAE, motivados también por otro Profesor: el Ingeniero Nafaldo Cargnel. Junto a Eduardo se acercaron al CAE: Armando Montero, Oscar Romero, Hugo Pereira, Cesar Montero, Daniel Yáñez, Rodolfo Montero, Rully Ballester y otros.
Esa siesta de 1969, el guante del Chivo retumbaba en esa caja de resonancia que era la cancha de pelota a paleta del CAE. Una gran cantidad de chicos y chicas de otros deportes se acercaban a disfrutar de esa novedad: el “Jeta” con unos pantalones cortos y unas zapatillas Flecha bastante gastadas dando los primeros molinos con una pelota Biscandi.
- Juntá los dos dedos sobre la costura y dale más efecto – le decía el Chivo – alargá más el paso, pero no lo separes de la placa.
- Ahí dobló, ahí dobló, viste que de acuerdo al giro, sube, dobla o baja, genial – se motivaba el Chivo.
En 1967, Paraná participó de su primer Campeonato Nacional de Softbol Masculino realizado en la ciudad de Bahía Blanca. Para allá fue la primera camada de jugadores volviendo con un “baúl” lleno de nuevas experiencias y motivados más que nunca. Hablaban de un jugador norteamericano que lanzaba “raro” (el molinete) y que un pampeano lo empezó a imitar (el Negro Chavez). El “Jeta”, cuyo puesto inicial era en Primera Base, se interesó en el tema y varios de los que fueron a Bahía Blanca le dieron más detalles de ese lanzamiento “raro” y a partir de ese momento esa zurda no paró. Sus primeros lanzamientos oficiales los realizó en la Industrial en los intercolegiales para luego continuar su inmensa carrera deportiva en el club con la pluma de ñandú, el de los colores blanco y negro.
El gran “Jeta”, fue seleccionado argentino durante 25 años consecutivos, ganó 109 Campeonatos locales y nacionales. Elegido en varios años como el mejor jugador de la ciudad de Paraná y de la República Argentina. Siendo jugador y ya retirado también fue dirigente del deporte a nivel local y nacional y Técnico de varias selecciones. En el Plumazo, al fondo, en la cerca perimetral, podemos ver el N° 27 de su camiseta desde aquel día en que todo el CAE y el softbol paranaense y nacional lo homenajeó retirando su camiseta, imagen ésta que nos lleva a recordar quién fue este gran deportista.
Los grandes méritos deportivos paranaenses, llevaron a que la ciudad sea conocida internacionalmente como la Capital del Softbol Argentino. En la actualidad la celeste y blanca brilla en lo más alto del podio internacional dueña de campeonatos Panamericanos y Mundiales.
Esa tarde aquel fin del invierno de 1969 en esa cancha de pelota a paleta, el “Chivo” y el “Jeta” eran parte de quienes estaban sembrando esta historia internacional que ha dado sus frutos cincuenta años después.
Esa tarde ellos no lo sabían ni se imaginaban, apenas se divertían dándole la magia que luego el “Jeta” nos regaló, magia que brotaba en cada molinete de esa zurda maravillosa.
Gustavo “Pato” Piérola