Peloteros del softbol uruguayo, que cruzaron el charco y jugaron
en equipos de la vecina orilla.
Parece de Perogrullo pero si los hay. Lo que si está claro
hay uno que sigue vigente, mostrando su capacidad técnica y su amor por este
deporte. Este compatriota no se olvida de su origen deportivo, donde hizo sus
primeras armas, y lo puedo decir con propiedad porque el que escribe fue el
receptor de su inquietud por querer
participar de esta actividad, un fin de semana cuando estábamos conformando un
nuevo equipo de juveniles en el Buceo, y tratando de comenzar la actividad
nuevamente en Uruguay, él se acercó
acompañado de un amigo y me pregunta si podía participar de la práctica que en
ese momento se llevaba a cabo. Su desarrollo como gran jugador se lo debe a su
empeño, a su capacidad técnica y encontrar en el softbol su deporte que abrazo
en forma muy especial. No es común pero ha demostrado a través del tiempo
mantener su nivel y el respecto de todos los compañeros que compartieron con él
su amor por el softbol. Hace varios años está viviendo en Buenos Aires, allí tiene
su familia, sus hijos, y sigue corriendo los diamantes, en él queremos
reconocer a todos esos valores uruguayos, que dejaron en un deporte
amateur su calidad deportiva y humana en lugares donde el softbol hoy día está
a un nivel internacional, sabiendo ser campeones mundiales juveniles y en
mayores tienen un lugar de mucho prestigio en el concierto softbolistico. De
alguna manera estos orientales dejaron una huella en el transcurso de su
historia deportiva en tierras argentinas.
Aparte de José “pepe”
Guerrero, Aldo Comastri, Julio Vidal, Oscar Pintos, *Jorge Ruiz, Hugo “chino”Quiroga,
Fernando Domingorena. Puede haber alguno más y el que lea estas líneas agradezco
me lo haga saber.
*Este caso fue en territorio brasilero.
Alvaro Castro
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